Un CEP (Campamento Escuela de Preparación) es un campamento que tiene como fin educar y formar en valores del escultismo (salud, espíritu de servicio. sentido de lo concreto, formación del carácter y sentido de Dios) mediante enseñanzas teóricas y prácticas, que se transmiten a través de juegos y actividades.
Todos los años Guías y Scouts de Europa organizan CEPs para seguir promoviendo la formación de sus jefes, por lo que, cada año, en diferentes lugares de España suelen ser la sede para acoger estos programas tan importantes.
El CEP de Guias y Scouts de Europa tuvo lugar en el Seminario Menor, en Rozas de Puerto Real, en la Comunidad de Madrid; de una semana de duración, desde el 21 hasta el 28 de Agosto.
Participaron scouts y guías procedentes de varias regiones de España, como son Cataluña, Madrid, Toledo y Valencia.
Había chicos y chicas de todas las edades, desde adolescentes, pasando por universitarios y adultos lo cual asombraba de primeras, pero luego se te empaña el corazón de lágrimas porque habían viajado desde muy lejos para seguir buscando el secreto de la felicidad: Dios.
El CEP estaba constituido por dos campamentos distintos: el de rama verde y rama amarilla.
La rama verde la formaban 4 jefes, que son los encargados de la formación y 21 scouts y guías. Debido a que la formación que recibirían era muy diferente al de la rama amarilla, ellos se organizaban como si fueran una tropa o una compañía.
La rama amarilla la constituían 8 jefes, sí, eran bastantes, porque la manada era numerosa, no era nada sencillo dirigir un grupo tan numeroso por muy angelitos que fueran.
A media tarde se hizo la primera actividad, que consistió en que, todos los miembros de la manada incluido los jefes hicieran un circulo y en el que cada cual tendría que decir su nombre, lugar de procedencia y hobby, y el compañero de al lado, tendría que recordar toda la información y decirlo en voz alta. Era el juego idóneo para recabar la información necesaria de las personas con las que convivirías durante una semana.
El scout es hábil y autosuficiente, construye su propia morada. Luego tocó levantar un comedor en medio del campo (mesas y asientos), no era el comedor más agradable del mundo, pero el scout es humilde y no goza de lujos, vive de lo que le proporciona la naturaleza.
Una vez asentados en el campamento, por fin se pudo celebrar la primera eucaristía. Todos juntos: la rama verde y amarilla, al aire libre, sentados en el suelo, se congregaron por vez primera para agradecer al Señor la oportunidad de estar reunidos en una misma morada. Fue una velada muy bonita y especial, válida para el recuerdo, no solo porque la eucaristía era la única ocasión donde podían juntarse la tropa, compañía y manada, sino porque se respiraba un aroma a felicidad, una alegría casi palpable. Fue un momento milagroso porque en un mismo lugar estaban reunidos tantísimas buenas personas.
¡Fue un campamento inolvidable! Una de las experiencias más gratificantes que podría llegar a vivir no solo un scout, sino toda aquella persona que haya abierto sus brazos al Señor. Las miradas de ternura, las sonrisas sinceras y la energía positiva, era una prueba patente de la buena sintonía que había en el CEP.
En la noche del penúltimo día del CEP se organizó una velada espectacular que desprendía un olor despedida. Todos los presentes se volcaron de lleno en las actuaciones para agradecer desde el alma otro instante que estaba a punto de convertirse en un recuerdo inolvidable. Tras la adoración final, se juntan todos, scouts y guías para dar gracias por los frutos de esos días.
Pero, todavía queda por mencionar un suceso importante que cerraría definitivamente el CEP 2021 y le daría un digno final: la visita de D. Ginés García Beltrán, obispo de Getafe, que honró a todos con su presencia.
La eucaristía también contó con la presencia de tres sacerdotes de la diócesis de Getafe. Fue un sacramento solemne y bonito, el obispo dijo una homilía muy convincente sobre la importancia que tiene Dios en las vidas de los scouts.
Al concluir la ceremonia, la rama verde y la rama amarilla, hicieron una última formación juntos para despedirse, cantaron todos juntos y vitorearon al Señor mientras lanzaban las boinas al cielo.
En conclusión, el CEP 2021 ha sido otra experiencia inolvidable; podría haber sido mejor, quizá, pero han pasado muchas cosas maravillosas por lo que ha sido fácil olvidar los momentos difíciles.
Texto: Nelson Obiang Ngomo Mikue
Fotos: Pablo M. Martín Isabel, Blanca de la Cruz y Valeria del Hierro Jimeno