Ruta a Santiago 2021
La rama roja ha vuelto a encontrarse este verano en el Camino de Santiago

Coincidiendo con el año jacobeo, cerca 80 Guías y Scouts de Europa, se han reencontrado este verano para caminar juntos hacia la tumba del Apóstol Santiago. En esta ocasión, los clanes y fuegos procedentes de los distritos de Ronda, Cataluña, Madrid, Toledo y Valencia, han sido acogidos en el Camiño da Geira e Dos Arrieiros, que empezando su ruta en tierras portuguesas ofrece grandes vistas y un increíble paisaje natural.

A lo largo de estos ocho días, Pilotos, Guías Mayores y Rovers han podido vivir de primera mano la fraternidad y el Espíritu Scout a través de elementos propios del Escultismo Europeo y de la rama roja, como la espiritualidad, el servicio, la aventura y la formación.

Divididos en equipos y cumpliendo siempre con el protocolo Covid-19 marcado por la Xunta y revisado por la Asociación, los participantes llegaron al punto de partida el día 31 de julio y comenzaron la ruta al dia siguiente desde Ribadavia, llegando el sábado 6 de agosto a la tumba del Apóstol  Santiago tras recorrer más de 125 kilómetros a pie. 

Cada día nos levantábamos a las 06:15 am, y la marcha se iniciaba tras el rezo de los Laudes y el desayuno desde el punto de encuentro en el que los equipos habían pasado la noche. La ruta, como reflejo de la vida cotidiana, es para el Scout un encuentro con Dios y con el prójimo. Es por eso que durante el trayecto, Scouts y Guías vivieron momentos de alegría, compañerismo y hermandad con los miembros de su equipo, pero a la vez reservaban tiempo para la oración y la contemplación. Antes de llegar al lugar de destino, los equipos habían podido disfrutar de la hora ruta o momento luz e incluso de enseñanzas de los sacerdotes y religiosas que nos acompañaron al Camino. 

La formación estuvo siempre presente también tras los kilómetros recorridos durante la jornada, pues los distintos equipos pudieron compartir momentos de aprendizaje a través de talleres técnicos y formación espiritual. Al finalizar la etapa, no podía faltar el verdadero encuentro con Cristo a través de los Sacramentos. Gracias a las facilidades de los Ayuntamientos y las Parroquias que nos acogieron, a la presencia de tres consiliarios y la participación del coro nacional, hubo la posibilidad de celebrar de manera diaria la Eucaristía y el Sacramento de la Confesión, fundamental durante la ruta. Tras la cena que cada equipo preparaba, la velada, uno de los elementos presentes en las tres etapas del escultismo, suponía el punto álgido de la jornada y un momento de alegría para todos los participantes antes de irse a dormir. Concretamente, cada día se escenificaba la vida de uno de los patronos de los grupos mediante diversas técnicas y cantos. 

Tras un sinfín de experiencias vividas en Ribadavia, Boborás, Beariz, Soutelo, Codeseda, Souto de Vea y en el Centro Juvenil de Don Bosco en Santiago, Scouts y Guías llegaban por fin a Santiago, donde les aguardaba una Misa en la Catedral y una espectacular visita al Monasterio de San Martin Pinario, pudiendo tener tiempo también para recorrer los rincones de tan majestuosa Ciudad. Espectacular fue también la Adoración al Santísimo el sábado por la tarde y la Misa de Domingo (siempre acompañado por el coro) que tuvimos en el Monasterio Franciscano de Santiago.

La llegada a la capital gallega supuso una fecha señalada especialmente para tres Scouts y una Guía, que realizaron sus respectivos compromisos como miembros de nuestra hermandad. En concreto, Joan Alfons Hernández, de Barcelona y Pablo Manuel Martín, de Toledo realizaron su Partida Rover y pasaron a formar parte de la Comunidad R.S. de la Asociación, Oriol Azcona, de Barcelona, pronunció su promesa scout, y Blanca Merino, de Madrid, recibió la cinta verde de su progresión guía.

Así, Guías y Scouts de Europa han podido reencontrarse de nuevo tras un año atípico marcado por la pandemia, y algunos han podido descubrir por vez primera el significado de la Ruta. Es el caso de María, de Barcelona, que considera que  aunque “he tenido la gran suerte de ir a otras peregrinaciones con otro grupo de jóvenes, esta ruta ocupa un lugar especial en mi corazón. De alguna manera, mi alma ha cambiado en apenas unos días y probablemente jamás volveré a ser la misma persona que salió de su casa para coger el tren a Ourense. He podido conocer gente nueva, he hecho nuevos amigos, me he descubierto más a mí misma y una nueva manera de vivir la fe, y sobre todo he podido acercarme más a Él”.

Texto: Oscar Llena Fernández