Del 23 al 30 de agosto se ha celebrado en Alcalá de la Selva (Teruel) una nueva edición del Campamento Escuela de Preparación (CEP) para jefes de rama amarilla de Guías y Scouts de Europa.
Más de 50 jefes en activo y futuros responsables de la rama amarilla (destinada a niños y niñas de 8 a 12 años) de toda España, han vivido una semana repleta de aprendizaje y espíritu scout para aprender todo lo necesario para liderar a sus unidades el próximo curso.
Si bien es verdad que las actividades principales del CEP son las charlas de formación, los participantes han podido vivir de primera mano los rasgos principales del lobatismo. Una de las principales cosas que se ha pretendido trabajar estos días es la familia feliz: la fraternidad, el hacer todo juntos en equipo y conocer a personas de distintas regiones con distintos puntos de vista que pueden ayudar a todos. De este modo, los jefes han vivido como auténticos lobatos, sacando a su niño interior y dándose cuenta de cómo ver a los niños disfrutar enriquece mucho, sobretodo por lo que pueden llegar a sorprender.
Por otro lado, cabe destacar que estamos hablando de una actividad de escultismo católico, por lo que no han faltado la misa ni otras actividades relacionadas con la fe como la hora ruta (rato diario de oración individual), el ángelus, o la oración de la noche.

Además, todos días se dedicaba un tiempo a la práctica, mejora y aprendizaje de las técnicas de expresión. Estas sesiones tenían su parte teórica, otra en la que se analizaba la velada del día anterior, y por último una parte práctica. En ella se hacían distintas dinámicas pensadas para desarrollar las habilidades de cada uno y dejar volar la imaginación.
Algo que también caracteriza a todas las actividades scout es la música. Durante estos días hemos podido escuchar instrumentos como una guitarra o incluso una gaita gallega. Pero sobre todo, ha estado muy presente la canción a capela. Hemos aprendido una gran variedad de canciones, y también practicado la polifonía. En muchos momentos, la gente empezaba a cantar de manera espontanea: por ejemplo, mientras cocinaban, llegaba gente y comenzaba a cantar para alegrarles.
Aparte de estas, había otras actividades muy diversas como las veladas, en las que había actuaciones, juegos y cantos. Las construcciones del sitio que sería el lugar de campamento durante siete días, con sus noches. Los juegos y danzas que aparecían en el momento justo para amenizar el día. Y muchas más.

En cuanto a los temas tratados, eran variados, pero todos en relación con la rama amarilla. Hubo charlas sobre la autoridad, el liderazgo, la organización de las actividades y planificación de la ronda solar (calendario, curso escolar), la estructura de la asociación y muchas otras.

Uno de los puntos a destacar de este tipo de actividades, es que los jefes pueden hablar con gente que, en muchas ocasiones, ha vivido lo mismo que ellos y les pueden aconsejar. Se puede preguntar sobre casos particulares en los que sea más difícil ceñirse a la teoría, y los jefes del CEP están encantados de ayudar.
A lo largo de esta semana se ha vivido un ambiente de fraternidad en el que se veían muchas sonrisas. Hay gente a la que le ha ayudado a descansar de su realidad para poder volver y enfrentarse a ella con más fuerzas. A mí, eso es de lo que más me ha gustado. Ver juntos a tanta gente alegre, dispuesta a invertir una semana de sus vacaciones de verano para formarse como personas y aprender a servir mejor a Dios y a su prójimo.

Texto: Lucía Oropesa y Álvaro Corvera
Fotos: Julia Montilla

