Se redacta un segundo texto «El Directorio Religioso» cuyo artículo 1 dice: «El organismo fundado bajo el nombre de Federación de Escultismo Europeo reconoce el pleno valor de la fe cristiana y sitúa el conjunto de sus acciones y decisiones siguiendo las reglas de esta fe«. En otro apartado: «El primer deber de los jefes es el de favorecer la vida espiritual de aquellos que dirigen, velando para que asistan a los oficios religiosos según las reglas de cada confesión«. «Que haya siempre un testimonio, un gran respeto y una gran confianza con los ministros del culto. Que se les dé toda facilidad para el cumplimiento de su ministerio en los campamentos y en las unidades. Que chicos y chicas sean animados a recurrir a ellos en sus dificultades espirituales y morales«. Estas líneas han sido escritas mucho antes del Concilio Vaticano II por jóvenes jefes, que treinta años antes de la exhortación apostólica de Juan Pablo II, «Christifideles Laici» (del 30 de noviembre de 1988) habían tomado ya conciencia del lugar y del papel de los laicos en la Iglesia.