La localidad de Sigüenza ha acogido este fin de semana la tercera edición de la formación de Dirección y Canto Coral. Esta vez, más de 60 jefes, pilotos y guías mayores de los distintos distritos de España han triplicado la cifra  con la que en 2017 comenzó este encuentro anual organizado por el Equipo Técnico Nacional de Música y Sonido en un fin de semana marcado por el gran ambiente vivido a través de la música.

La actividad en el albergue rural Barbatona, situado a las afueras del municipio de Sigüenza, comenzó el sábado 23 a primera hora con el rezo de los laudes, y con la misa. En presencia de Dios, los participantes que habían comenzado a llegar desde Madrid, Toledo, Castellón, Cataluña y Lituania, cogían fuerzas con el desayuno antes de comenzar las actividades previstas. En el Colegio Episcopal Sagrada Familia, situado en el centro de Sigüenza, y separados por grupos, los asistentes disfrutaban de las primeras sesiones, enfocadas a mejorar la técnica de canto y dirección tanto a nivel individual como para aplicarlo a las distintas unidades. Las dinámicas, preparadas por el equipo técnico que lideran Joan Alfons Hernández y Amaya Merino, tuvieron un gran recibimiento por parte de scouts y guías, quienes disfrutaron al máximo a través de la canción. El aprendizaje se combinaba, en definitiva, con grandes dosis de buen ambiente y alegría.

En la actividad central de la tarde, tocaba poner en práctica lo aprendido por la mañana, ¡y qué mejor que hacerlo con público! Scouts y guías ofrecieron sus voces a la residencia de ancianos de las «Hermanitas de los Ancianos Desamparados», con villancicos y cantos del repertorio scout. El resultado fue una gran fiesta en el teatro del asilo, en el que los ancianos lo pasaron en grande con el coro. A la salida, con esa sensación de hacer disfrutar a los más mayores, hubo tiempo para gozar de las últimas horas de luz de las calles de Sigüenza y de su catedral. Delante de la catedral, y con el ayuntamiento de fondo, se improvisó también un pequeño concierto, que contagió el buen ambiente scout a los habitantes de Sigüenza con algunos cantos.

Después de la visita, aún quedaban fuerzas para seguir aprendiendo, y antes de cenar, tuvieron lugar las últimas sesiones del día. Un día intenso, que culminó con una velada ambientada en el inicio del escultismo y en la vida de su fundador, Robert Baden Powell. En ella, scouts y guías conmemoraban a través del sentido del humor y de distintas técnicas las raíces de nuestro movimiento antes de ir a dormir. El primer día se cerraba, como no podía ser de otra forma, con una pequeña oración de la noche para agradecer lo vivido y encomendar por las preocupaciones en la víspera de la solemnidad de Cristo Rey.

El día de Cristo Rey comenzó temprano para scouts y guías, con el habitual rezo de los laudes antes de poner rumbo hacia el colegio donde seguiría la formación. Allí, se siguió la misma dinámica que el sábado, con la música y el buen ambiente como protagonistas. Tocaba también despedir a un invitado muy especial, Gabrielus, quien tras recorrer un largo camino había venido desde Lituania para compartir este fin de semana tan especial, y también, enseñarnos algún que otro canto de su país. Con todo listo para dar por cerrado un intenso fin de semana con miles de recuerdos y aprendizajes, quedaba poner el broche final con la eucaristía. Fue la iglesia de San Vicente Mártir, con los cantos del coro acompañando la celebración dominical, el lugar escogido para despedir las tierras de Sigüenza, que durante un fin de semana para el recuerdo, nos ha acogido con los brazos abiertos. Enlace al álbum de fotos aqui.

Texto: Oscar Llena Fernandez. (ETN Comunicación)

Fotos: Arturo Gutiérrez. (ETN Comunicación)